Hay ocasiones en que las circunstancias nos desbordan y parece que no podemos con ellas. Personalmente y por propia experiencia creo que no es una cuestión de poder o no poder, sino de saber y querer.
Cuando cuando algo anda mal, una de las cosas que solemos hacer es poner toda nuestra atención en ello, precisamente en lo que va mal. Y a lo peor, poco a poco contamina lo bueno para terminar viendo todo un poco más negro, un poco más difícil, un poco más imposible.
Cuando estamos inmersos en tanta problemática es difícil salir de ella, lo sé. No obstante permite que te facilite tres claves que pueden ayudarte a superar estos trances tan desagradables y alcanzar un estado más confortable para ti.
El cambio es una actitud que no tiene que ver con poder o no poder, sino con saber y querer.
Primera - Una de las formas de encontrar nuevas respuestas es la de obtener más visión y más perspectiva. Hay que relativizar el problema observándolo desde fuera como si a otra persona le estuviera sucediendo. Esto te permite tomar consciencia de la realidad y evitar la auto-crítica y la censura de ideas que pueden ayudarte a cambiar tu situación actual. Además, rompe con el vínculo que te mantiene unido al dolor y disminuye la intensidad del impacto emocional. De esta forma, podrás encontrar nuevas alternativas más creativas y recursos más provechos que contribuirán a cambiar a mejor ese estado en el que te encuentras. Siéntate en una silla cómoda, y frente a ti despliega una pantalla de cine imaginaria, cierra tus ojos y proyecta tu historia. Como espectador observa con atención lo que está sucediendo en tu vida. Seguramente, comiences a ver detalles que ahora pierdes de vista.
Una segunda - clave es la de identificar aquello que tienes, que haces, que eres y te hace sentir bien. Quizá te resulte complicado ahora encontrar estas cosas pero casi seguro que si lo piensas bien te sientes muy a gusto con algún familiar, algún amigo, un amor, una casa o un par de zapatillas viejas; o te hace bien cocinar tartas, o pasear, o sonreír, o ver una puesta de sol. ¿Se te da bien contar chistes, bailar, escuchar, acariciar? Échale imaginación y no te dejes nada. Una vez tengas un listado de todo ello vuelve a leerlo y da las gracias por todo cuanto tienes, haces y tienes aunque lo hubieras olvidado. Ten presente este listado porque forma parte de tu yo más especial, y recuerda dar las gracias porque es lo que te hace auténtico y único.
El problema es el problema pero no eres tú.
La tercera - clave tiene que ver con la forma en la que tú te identificas y te reconoces como aquello que te está sucediendo. Y esto sucede porque tú te crees que eres el problema. Y el problema es el problema pero no eres tú. Te identificas con algo que es externo, que no es tuyo pero que de alguna forma sin saber bien por qué te aferras a ello. Has de saber que toda situación pasa, de una u otra forma siempre termina. Es por eso que has de evitar identificarte con la situación. Tú no eres tu depresión, no eres tu tristeza, no eres tu enfermedad, al igual que no eres tu alegría. Tú eres tú y cuando todo pasa tú sigues siendo tú. Como mucho, la depresión está ahí, sí. La puedo observar, la puedo sentir, pero no soy yo. ¡Pasará! Y yo seguiré siendo yo.
Como ves, ahora sabes que no se trata de poder o no poder cambiar, sino de querer y saber mejorar. Ya conoces tres claves que seguramente van a serte de mucha utilidad. Toma perspectiva, sé agradecido y ten claro que todo pasa.
© David G. Alemany
Life Coach, Sociólogo y Terapeuta
Ayudo a las personas a disfrutar de la vida.
Soy Coach, hipnoterapeuta, experto en técnicas de liberación emocional y PNL. He asesorado a cientos de personas a mejorar la calidad de sus vidas. Como orientador personal he desarrollado habilidades para ayudar a sobrepasar bloqueos y conflictos, favorecer una mejora interior respetuosa y enfocar sin ansiedad lo realmente importante para cada persona.
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