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Cómo transformar lo malo en bueno.

La vida te pone cosas, a veces pueden parecer buenas y a veces pueden parecer malas. Y es curioso porque pareciendo ser opuestas y contradictorias tienen algo parecido y en común: “parecen ser” pero no lo son. Por tu propia experiencia sabrás que a veces lo que es bueno para uno no es tan bueno para otros; y lo que es malo paro esos en absoluto lo es para ti. La vida te pone cosas, personas, situaciones, experiencias pero…


¿Quién decide lo que es bueno

y lo que es malo?


La vida te pone cosas delante y la buena noticia es que tú mismo, tú misma, eres quien decide sobre ellas. En décimas de segundo puedes considerarlas aceptables y buenas o inadmisibles y malas. Y lo mejor de todo es que si ya tomaste la decisión de que algo fuera malo o bueno, aún puedes volver a cambiar este criterio en tu provecho. Quizá sea más ventajoso para ti que lo que te parece malo sea bueno, y lo que pueda parecerte bueno sea finalmente malo. Pero, ¡quién sabe! ¡La decisión será tuya!


Es cierto que algunas personas prefieren aferrarse a su valoración del bien y del mal en perjuicio de su bienestar físico, espiritual o mental. Y es que, por algún extraño motivo, todos encontramos algún tipo de ganancia y satisfacción (inconsciente) en #actitudes y conductas no del todo saludables. Porque si no fuera así: qué sentido tendría para un adicto consumir alcohol o tabaco; qué interés mantendría a una persona en un estado de queja y catastrofismo continuamente; qué razón encontraría una persona maltratada para continuar con su pareja; o qué ganancia habría en que un individuo sano desarrollara enfermedades de tipo psicosomático.


Toda actitud sostenida en el tiempo, aún cuando sea dañina, nos ofrece algún tipo de placer y complacencia.


Bueno y malo son criterios subjetivos que dependen de nosotros mismos. Estamos hablando de valores, de #creencias y de vivencias; sistemas que condicionan nuestra identidad personal y la actitud con la que afrontamos la vida. Si en estos momentos te encuentras en alguna situación con la que sientes incomodidad, aprecia como antes de sentirte así, podría existir un juicio sobre lo bueno y lo malo, lo aceptable e inaceptable. Párate unos instantes y mira dentro de ti. Pongamos atención, puede que nos sorprendamos calificando algo como bueno o malo y rechazando sin pararnos a valorar y comprender el otro extremo.


Nada es absoluto, todo es relativo · Albert Einstein

Es el rechazo a lo que no aceptamos, a lo que no comprendemos lo que provoca malestar; y es ese malestar el que utilizamos para creer y justificar que es la “experiencia” o la persona la que lo provoca. Más lo cierto es, que es mi propia impresión, mi juicio de valor lo que crea el malestar. Lo de fuera está fuera hasta que lo hacemos nuestro, y continuará fuera mientras no lo interioricemos y permitamos que afecte a nuestra vida. Si tomamos consciencia y hacemos por comprender que varias posiciones son aceptables e igual de razonables, no crearemos el conflicto ni tendremos la obligación de escoger entre una u otra posición. Así, el malestar no hará acto de presencia y nuestras emociones no se verán alteradas. La próxima vez que percibas que “una de esas cosas que la vida te pone delante” está afectando a tus sentimientos, justo antes, responde al siguiente planteamiento:


¿Realmente es bueno o malo

lo que está sucediendo?

¿Es mi juicio sobre lo bueno y lo malo

lo que provoca el dolor?


Respondiendo con honestidad a estas sencillas cuestiones, la llamada “cosa” no se convertirá en un profundo malestar. Evitarás que una primera impresión perjudique un posible futuro maravilloso. Y, llegado el caso en el que ya estés viviendo un presente condicionado por tus impresiones, podrás cambiarlo por otro libre de juicios más realista y cercano a la felicidad.

Bueno o malo, aceptable o inaceptable, es una cuestión de perspectiva. La felicidad, también.


© David G. Alemany

 Life Coach, Sociólogo y Terapeuta



Ayudo a las personas a disfrutar de la vida.  

Soy Coach, hipnoterapeuta, experto en técnicas de liberación emocional y PNL. He asesorado a cientos de personas a mejorar la calidad de sus vidas. Como orientador personal he desarrollado habilidades para ayudar a sobrepasar bloqueos y conflictos, favorecer una mejora interior respetuosa y enfocar sin ansiedad lo realmente importante para cada persona.


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